sábado, 19 de mayo de 2012


Nunca olvidaré esos días en lo que todo me daba igual. Era feliz, jugaba, me divertía, no tenía problemas… Todo eso va cambiando con los años. Tienes que madurar de alguna manera, y aunque en mi caso fue de una forma no muy buena, hay que seguir. Es extraño que una persona tan pequeña, tan joven, tenga que esforzarse tanto para luchar, para no quedarse atrás. Aunque muchas veces el resultado es agradable, el camino no lo es. Debes conseguir que los golpes que te pueda dar el tiempo, no te deje atrás. Comprender lo que sucede a tu alrededor y no ignorarlo. Dejar las muñequitas y demás juegos atrás y empezar a ser responsable.  No sé si por suerte o por desgracia, muchos pueden madurar tarde, en su primera década de vida. Otros, como mi caso, debemos madurar varios años antes, cuando aún estamos aprendiendo a multiplicar. La gente te critica sin saber lo que has vivido, lo que has visto y has sentido. Son muchos sentimientos los que no se muestran en el exterior. Sólo se dejan ver cuando lo compartes con una persona. Así que, por esta sencilla razón, algunos deben dejar de juzgar sin conocer, porque nunca sabes que ha vivido alguien hasta que se refleja en sus ojos.

2 comentarios:

  1. La gente suele tener como objetivo dominar tu vida y criticar...no se sabe a ciencia cierta por qué. Puro aburrimiento supongo...

    ResponderEliminar
  2. Bonito texto.
    Sabes? Me ha llegado al interior y me he puesto a reflexionar, de que, por que hayamos madurado antes que la mayoria de nuestros amigos, no es razón para entristecernos porque quizás ya hayamos sufrido antes que ellos las caídas, pero ahora tenemos más conocimiento interior y sabemos como afrontar las cosas con razón. Te mando un besito y disfruta todo lo que puedas :)

    ResponderEliminar