jueves, 26 de enero de 2012

Creí que me había olvidado algunas cosas. De sentir. Parece que no, pero dentro de mí, un sentimiento dejó de existir y buscaba cualquier estrategia para recordarlo. Era una persona imaginaria, sin cara, sin una mirada, sin nada. Todo era extraño. Soñaba que le tocaba, le abrazaba, le besaba y no sentía nada. Un día le conocí, no era el chico de todos los días, pero le superaba. Mi mente y mi corazón, empezaron a funcionar, como una vieja máquina. Y fue cuando supe que quería pasar junto a él un largo tiempo.  

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