lunes, 29 de agosto de 2011


-Me gustaría hablar contigo…

-¿Sobre qué?- preguntó preocupado.

 -Sobre cualquier cosa, solo deseo oír tu voz, tus opiniones. Ver como mueves la cabeza cuando te despeinas, como abres los ojos cuando cuentas algo sorprendente, o como estás a punto de cerrarlos cuando te hacen reír. El tema del que hablemos no es importante, lo importante es que sepa aguantarte sin hacer lo que llevo tanto tiempo deseando hacer.
-¿Y qué es lo que deseas hacer?

Ella se quedó mirando sus ojos. No sabía si debía hacerlo o no. Por una parte, deseaba decirle cuanto le deseaba, pero por otra, tenía miedo a que él desapareciese de su vida. Pensó, se planteó decírselo, y cuando fue a decir las palabras mágicas, él le cortó:

-Yo también te quiero.

-¿Qué?

-¿No ibas a decir que me quieres?

-Cómo… ¿cómo sabes eso?

-Porque desde hace un tiempo, me fijo en tu manera de mirarme, en tu manera de tratarme, de hacerme reír casi siempre, o de dejarme desahogarme si es necesario. Me fijé hace un tiempo, que tu manera de tratarme era tu manera de tratar a alguien especial. Tus ojos brillan cuando me miras, y eso quiere decir que tienes una ilusión o un sueño… No sé, pensé que me querías, pero veo que es lo que haces normalmente, o sin darte cuenta.

-¡No, no! Has acertado… pero… ¿Por qué me lo dices ahora, si llevas un tiempo sabiéndolo?

-Porque cuando le conté a tu mejor amigo que te quería, él me dijo que hablase contigo. Quise hacerlo, pero tenía temor a que rechazases o algo parecido. Sé que no soy el chico perfecto, y sé que no soy atractivo, pero me gustas, me gustas mucho.

-Ese temor lo llevo teniendo yo desde que te empecé a querer. Y posiblemente no seas el chico perfecto, pero sabes qué? La perfección no es ser perfecto, sino valorar lo bueno y lo malo de las personas que quieres, aceptarlo y quererlo así. A mí me pareces atractivo, y bueno, quizás tengas defectos, pero… ¿quién no los tiene?...

Él le cogió, le arrastró hasta ponerla frente a él, y le beso. Luego, él le 
miró a ella y le dijo:

-Posiblemente tengas razón con lo de la perfección, pero para mí eres perfecta. Me gustas así, con tus carrillos sonrojados, con tus ojos verdes al sol, marrones a la oscuridad, con tus sonrisas hasta en los días más oscuros, con tus ganas de ayudar.

-Pues… ¿sabes qué? Siempre he pensado que los príncipes azules no existías…

-Y… ¿qué me quieres decir con eso?

-Que supongo que tú serás el de color verde pistacho…

1 comentario:

  1. Me encanta tu blog , madre mía es genial.
    Pasate si quieres por el mío -> http://loquehoypaso.blogspot.com/

    Un beso fuerte, sigue así :)

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